...y en representación de los tripulantes del “Mary
Celeste”, de los aviesos habitantes del planeta Venus, del capitán Charles
Marlow, de los señores Sherlock y Mycroft Holmes, e incluso del doctor John H.
Watson, servidor de ustedes oficiará el acto.
Quiero deciros:
Que estos cuarenta días han sido infinitamente más
tranquilos, relajados y placenteros que los que viví hace unos meses con el
crowdfunding para publicar “Charlie Marlow y la rata gigante de Sumatra”.
(Quedan pocos ejemplares, y aún los sirvo por correo. ¡Rápido, que se acaban!)
Que nunca antes en mi vida me había sentido tanto y tan bien
acompañado.
Que tengo por lectores a las mejores personas que he de
conocer, pues me lo demostráis, me lo habéis demostrado y me lo estáis
demostrando CADA DÍA con vuestro entusiasmo, vuestra cortesía, vuestra
amabilidad, vuestra generosidad... Atesoro CADA UNO de los correos y mensajes
que me habéis enviado y que me seguís enviando. Hablo a diario con mi mujer de
las cosas que me contáis, y me emociono profundamente (y sabéis, porque me
habéis leído, que no soy de lágrima fácil) cuando pienso en la clase de
personas que sois.
¿Queréis saberlo?
Os lo diré:
Sois la clase de personas que quieren devolverme un envío
porque os he mandado libros de más, la clase de personas que me pide disculpas
por molestarme cuando quieren hacer un pedido de libros míos. Sois la clase de
personas que me cuentan el solaz que encuentran durante momentos difíciles, muy
difíciles, extremadamente difícles, en mis humildes novelitas de aventuras,
tiros, dinosaurios y disparates. Sois la clase de personas que quieren saber
“¿y qué sucedió con la gente del Mary Celeste? ¿Qué fue de esa pobre gente?
¿Qué miríada de monstruos encontraron en Venus?”
Sois la clase de personas que yo quiero como amigos.
Sois la clase de personas que hacen de este mundo un lugar
todavía habitable y soportable. Poseéis la mayor de las calidades, y que nadie
os diga lo contrario. O me enfadaré.
Como me decía un sherlockiano recientemente en Barcelona,
durante una reunión del Círculo Holmes: “Es como cuando ves a alguien que está
paseando a un perro. No puede ser mala persona”.
No quiero tener otro clase de lectores. No me conformo con
menos.
Sólo quiero a los mejores.
Habéis hecho que se me salten las lágrimas. Menos mal que
estoy en mi casa.
Espero, una vez más, estar a la altura de las circunstacias.
Nos vemos en mayo, cuando haya entregado las recompensas.
Quizás en el nuevo crowdfunding para publicar “El ojo en el laberinto: una
ventura de Sherlock Holmes y los mitos de Cthulhu, recogida por el doctor John
H. Watson, editada por Robert H. Blake en 1935 y vertida al castellano (“guiño,
guiño; codazo, codazo”) por Alberto López Aroca”.
Sólo si os apetece.
Gracias a todos por hacer que “Los náufragos de Venus” vayan
a existir.
Abrazos, besos, patos y mi amistad para todos vosotros,
Alberto López Aroca